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1659 Sedir Historia y Doctrina de La Rosa Cruz

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OTROS TITULOS PUBLICADOS K A B B A L A D E S V E L A D A M a c G reg o r Mathers LA H E R M A N D A D D E LA R O S A CRUZ A .E . W aite O CU LT 1SM O P R A C T /C O Papus H A T H A Y O G A F i l o s o f i a Y o g i d e l b i e n e s t a r f i s i c o Yogi R am acharaka CU RSO PR A C T IC O DE C O N C E N T R A C I 6 N M E N T A L E. W o od EL C O C O D R IL O , o la g u e r r a d e l b i e n y d e l m a l Louis-Claude de Saint-M artin

EL L IB R O D E LOS E S P L E N D O R E S Eliphas- Levi EL LIB R O D E LOS S A B I O S Eliphas Lew K A R M A Annie Besant LA L EY D E LA VJDA R .W . Trine YO SOY E n s e n a n z a s d e l M a e s t r o Saint G e rm ain A S T R O L O G IA P R A C T IC A C. Saint G erm ain

LA C IE N C IA C A B A L IS T IC A Lenain

EL IDILIO D E L LOTO B L A N C O Mabel Collins

C A T O R C E L E C C IO N E S S O B R E FIL O S O FIA YOGI Y O C U L T IS M O O R I E N T A L

Yogi Ram acharaka A S T R O L O G IA HINDU Sepharial LA F O R T U N A R E V E L A D A P O R LOS N U M E R O S Sepharial M A N U A L D E A S T R O L O G I A Sepharial

LA CIE NCIA D E LOS S A C R A M E N T O S Leadbeater

EL LIB R O D E O R O DE S A IN T G E R M A I N

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Historia y Doctrina

de la

ROSA - CRUZ

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Titulo del original francos:

Histoire et Doctrines des Rose - Croix Autor: S6dir

Titulo de la versibn en castellano: Historia y Doctrina de la Rosa - Cruz ® Editorial Humanitas

Traduccitfn: Grupo Editorial ® Editorial Humanitas Primera edicitfn 1989 I.S.B.N.: 84-7734-052-8 Depdsito legal: B-7160-1989 Impreso por Editorial Humanitas Centro Industrial Santiga

Puig dels Tudons, s/n Talleres 8, Nave 17. 08210 Barber^ del Valles Barcelona

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CONTENIDO

Prefacio... 7

Notas del Prefacio... 13

PRIMERA PARTE. HISTORIA DE LOS ROSACRUCES... 15

lntroducci6n. Las Sociedades Secretas... 17

Notas de la Introduction... 25

Capftulo I. Los predecesores de los Rosacruces... 27

Notas del Capitulo 1... 39

Capftulo ll.Origen de los Rosacruces... 41

Notas del Capftulo II... 55

Capitulo III. Los Documentos fundamentales de los Rosacruces... 59

Notas del Capftulo III... 73

Capitulo IV. Simbolismo de la Rosacruz. Reglas de la Orden... 77

Notas del Capftulo IV ... 89

Capitulo V.Los Rosacruces en elsigloXVII... 91

Notas del Capftulo V... 105

Capftulo VI. Los Rosacruces desde el siglo XVIII hasta nuestrosdfas... 109

Notas del Capftulo V I... 125

Capftulo VII.De la Iniciacidn Rosacruciana... 127

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SEGUNDA PARTE.

DOCTRINAS DELOS ROSACRUCES...161

Capftulo I.Teologfa... ..163

Notas del Capftulo 1... ..187

Capftulo II.Cosmologfa...189

Notas del Capftulo II ... ..207

Capftulo III. Fisiogonfa...209

Notas del Capftulo III...227

Capftulo IV.Sociologfa...229

Notas del Capftulo IV ...249

Capitulo V. Recetasyt^cnicade los Rosacruces...251

Nofas del Capftulo V ...291

CapftuloVI. La Rosacruz Esencial... ..293

Notas del Capftulo V I...309

Capftulo VII. C6mo llegar a poder iniciarse en la Her-mandad de la Rosacruz...311

Notas del Capftulo V II... ..329

Conclusi6n...331

Notas de la Conclusion...339

Ap6ndice. Notas Bibliogr^ficas... ..341

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PREFACIO

No existe un estudio completo sobre la misteriosa fraterni- dad de la Rosacruz. Quienes hablan de ella en el siglo XVII lo hacen en un estilo demasiado aleg6rico para que resulte comprensible; en el siglo XVIII, al abusar del prestigio de su leyenda, no se aprecia realmente a sus adeptos; en el siglo XIX, eruditos como Buhle1, o ciertos ocultistas, como los escritores ingleses recientes, no supieron o quisieron pre- sentar sino un aspecto de la cuestidn.

Semler2 los estudi6 con el interns de un soci6logo y un curioso de la Naturaleza; era un buen cristiano y considera- ba la alquimia como una ciencia respetable de descubri- mientos utiles.

Buhle s6lo se interest en los Rosacruces como simple erudito. Pensaba que en el origen los Fracmasones y los Rosacruces eran una sola cosa, pero que se habfan disocia- do para propagar, en lo que hace a los primeros, las ideas filosdficas, la filantropfa, la libertad religiosa,y el cosmopoli- tismo; en cuanto a los segundos, para continuar con las fan- tasfas cabalfsticas, alqufmicas y mdgicas de sus predeceso- res.

Aunque profesaran una doctrina interpretativa del cristia- nismo mucho mds pura y elevada que la de los sacerdotes, los Rosacruces, en cuya existencia el Medievo y el Renaci- miento generalmente creyeron, eran considerados por todo el mundo como magos y brujos de gran poder.

Hay que hacer constar que las opiniones que la ciencia oficial en su conjunto expresa sobre las doctrinas de las

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sociedades secretas que destacan tanto por su ignorancia como por la animosidad que revelan.

La Enciclopedia Britdnica3 concede a los Rosacruces, como unico m6rito, el de expresar las ideas m&s incompren- sibles en el estilo m3s oscuro y estrafalario.

Para mantenernos dentro de lo verosfmil debemos reco- nocer a esos iluminados ciertas caracterfsticas: la de guar- dianes de la tradici6n esot^rica, la de interpretes de la luz de los Evangelios; la de medicos de los cuerpos, de las almas y de la sociedad; y por ultimo la de anunciadores de la Jlegada del Espfritu Santo.

“£Pod6is imaginaros -dice Mejnour, en Zanoni- que antes de que los Arabes de Damasco, en 1378, enseftaran a un viajero germano los secretos que sirvieron de fundamento al instituto de los Rosacruces, no hubiera ninguna asociaci6n mfstica que buscara un mismo fin por los mismos medios? Admito sin embargo que los Rosacruces formaban unasecta derivada de la primera, de la gran escuela... Eran m3s sabios que los alquimistas; pero sus maestros son mds sabios que ellos4.”

“Un halo de portico esplendor -dice Heckethorn5- aureola la orden de los Rosacruces. La fascinante luz de lo fant^sti- co juega afrededor de sus agraciadas quimeras, en tanto el misterio del que se rodean presta una atracci6n nueva a su historia. Pero su esplendor fue el de un meteoro. Fulgur6 repentinamente en los reinos de la imaginaci6n y el pensa- miento, y luego desaparec»6 para siempre, aunque no sin dejar tras si las huellas durables de un r£pido resplandor... La poesfa y la novela deben a los Rosacruces mds de un modelo original; la literatura de todos los pafses de Europa contiene centenares de ficciones basadas en su sistema filos6fico, desde que 6ste ya no ocupa la atencidn de los sabios.”

En cuanto al papel particular jugado por el Espfritu Santo en la fraternidad rosacruciana, de Guaita es el unico entre los escritores especiales que lo ha resaltado a prop6sito de las teorfas poco ortodoxas que 6sta profes6 sobre la Iglesia de Roma.

“El t6rmino Rosacruz no hace afortunados a los ultramon- tanos; aunque m£s no fuera por prudencia deberfan abste- nerse de utilizarlo... iAcaso los Jesuitas no son los autores

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del grado mas6nico de R .\C .\(18° del actual Escosismo). Es un hecho conocido. Por medio de esta innovaci6n y algunas otras los Jesuitas esperaban acaparar de manera indirecta, introduciendo un cambio en sus intenciones, las fuerzas vivas de un orden floreciente. Los Jesuitas son unos hdbiles conductores. Pero lo abstracto del nombre asf explotado fue mds fuerte que esas politicas solapadas; ese agente oculto se apoderri de su obra y le di6 tal vuelco que el grado mas<5nico .*. de Rosacruz,fundado por los Jesuitas en el siglo pas ado, cubre actualmente con su quincallerfa simbdlica el pecho de sus peores enemigos.

“Y como es una ley de la naturaleza que la reaccidn sea

proporcional a la accidn, el agnosticismo ultramontano de

los fundadores ha dejado lugar al agnosticismo materialista de sus herederos de hoy.

“Sin saberlo, los Jesuitas habian evocado el fantasma lejano de Elie Artiste. Elie Artiste aparecid un instante, di6 vuelta su instituci6n como se da vuelta un guante, y luego desapareci6 inmediatamente, dejando la obra de esos fand- ticos a merced de la invasi6n del fanatismo contrario."

Hargrave Jennings escribid unas p£ginas magnfficas so­ bre el cardcter de los Rosacruces considerados en tanto adeptos de la antigua y venerable magla.

“Su existencia -dice-, aunque hist6ricamente incierta,est£ rodeada de tal prestigio que forzosamente obtiene el asen- timiento y conquista la admiraci6n. Habian de la humanidad como de algo que estuviera infinitamente por debajo de ellos, su orgullo es grande aunque exteriormente sean modestos. Aman la pobreza y declaran que para ellos es una obligacirin, aunque podrfan disponer de inmensas riquezas. Rechazan los afectos humanos o s<3lo se someten a ellos como a obligaciones de conveniencia que su estancia en el mundo les exige. Se comportan muy cort^smente con las mujeres aunque sean incapaces de expresar ternura, y las consideren seres inferiores. Son simples y deferentes con el exterior, pero la confianza en sf mismos que dilata sus corazones s6lo deja de irradiar frente a la infinitud de los cielos. Son las gentes m£s sinceras del mundo, pero el granito es blando en comparacidn a su impenetrabilidad. Al

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estos tedsofos los mds sabios son estupidos; jam£s dan un paso para conseguir una buena reputacidn puesto que la desdeftan; y si se hacen c6lebres, es a su pesar; no buscan honores porque ninguna gloria humana es adecuada para ellos. Su mayor deseo es pasearse a trav^s del mundo sin ser reoonocidos; asi pues, son negativos ante la humanidad y positivos para con todo lo dem^s; autoformados, autoilumi- nados, ellos mismos en todo, pero dispuestos a hacer el bien tanto como sea posible.

"£Qu6 medida puede aplicarse a esta inmensa exaltaci6n?

Los conceptos crfticos se desvanecen frente a ella. El esta- do de estos fildsofos ocultistas es lo sublime o lo absurdo. Al no poder comprender ni su alma ni su objetivo, el mundo declara que ambos son futiles. Sin embargo, los tratados de estos profundos escritores abundan en discursos sutiles sobre los temas m£s 3ridos y contienen pdginas magmficas acerca de todos los temas: los metales, la medicina, las propiedades de los elementos, la teologfa y la ontologfa. En todas estas materias amplfan al infinito el horizonte intelec- tual.”

Con todo.este esbozo dibujado con mano de maestro s6lo muestra uno de los aspectos del tipo inici^tico de la Rosa­ cruz. El hombre esta hecho de tal manera, incluso el m£s sabio y erudito, que para realizar su ideal siempre emplea los medios diametralmente opuestos a dicho ideal. El ideal del cristiano es la dulzura y el amor; por tanto ninguna religibn ha vertido sangre con tanta abundancia como el cristianismo, ninguna es tan dura para con el amor. El ideal del budista es la inmutabilidad fria y diamantina del Nirvana; por tanto 41 es dulce y humilde como un cordero. En la iniciac»6n antigua, la magia hacia de esos hombres unos semejantes al tipo descrito mds arriba, al maestro Janus d’Axfil; su simbolo es la flor de la belleza, la Rosa. La verdadera iniciacidn evangglica, tan poco conocida despu^s de diecinueve siglos que en Europa la siguen apenas un centenar de personas, esa doc- trina de inmolacidn constante cuyo fiel camina como ebrio de amor entre los enfermos, los pobres y los desesperados, tienen como jeroglffico la cruz frfa y desnuda. La reunion de los dos sfmbolos es la rosa crucffera.

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y desarrollar. Sin tener la certeza del 6xito de la tarea tanto por la debilidad de nuestras capacidades como por una discreci6n que nos imponen no unos juramentos sino moti- vos de alta conveniencia, la hemos emprendido igualmente con cierta temeridad. Agradecemos aquf a aqu6llos que nos han proporcionado el material: a los pacientes eruditos de los siglos pasados; y a los contempordneos, que con un desinter6s fraterno nos han hecho partfcipes del fruto de sus conquistas.como el doctor Marc Haven,a quien debemos el aspecto arqueol6gico y bibliogrdfico de este libro; o el adepto que se oculta bajo el seud6nimo de Jacob. Por ultimo rendimos aquf piadoso homenaje a estas lumbreras por medio de las cuales algunas luces del Espfritu han descen- dido hasta nosotros, a nuestros maestros muertos, y a nuestro Maestro que vivird siempre.

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NOTAS DEL PREFACIO

(1) jo h a n n GOTTLIEB BUHLE: Uber den Ursprung und die vornehmsten Schicksale der Rosenkreuzer und Freymaurer. Gottingen (J.F. ROwer)

1804.

(2) jo h a n n s a lo m o SEMLER: Unparteiische Samlungen zurHistorie der Rosenkreuzer. 3 partes, Leipzig (G.E. Beer) 1786-1788.

(3) h a rg ra v e JENNINGS: The Rosicrucians en The Encyclopaedia bri- tannica, Londres (Cambridge University Press) 1911, vol 23. V6ase

igualmente del mismo autor: The Rosicrucians, their rites and mysteries, Londres (John Camden Hotten) 1870.

(4) s ir e d w a rd b u lw e r ly t t o n : Zanoni, traducci<5n de P. Lorain. Parfs

(Hachette) 1882. t. II p. 18.

(5) w .c. h e c k e th o r n : The secret Societies of all Ages and Countries.

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PRIME RA PARTE

HISTORIA

DE LOS

ROSACRUCES

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i n t r o d u c c i 6 n

LAS SOOEDADES SECRETAS

Se ha escrito mucho sobre este tema pero pocos son los que se han interrogado acerca de por qu6 hubo y hay socie- dades secretas por todas partes. Sin pretender responder totalmente a esta pregunta, intentaremos estudiar la ontolo- gi'a de estas formas sociales desde dos puntos de vista: el del cuerpo social y el del individuo.

Los miembros de una sociedad siempre est£n repartidos en tres clases:

El pueblo, la burguesfa,

las clases dirigentes.

En el pueblo se reclutan los elementos materiales de toda la sociedad; en la burguesfa se encuentra el sistema san- gumeo social: el comercfo gracias a el cual circufa el dinero; en las clases dirigentes, el sistema nervioso social.

Adem<1s, el pueblo esta protegido de los ataques inferiores por el ej^rcito, como hace el hfgado en el cuerpo del indi­ viduo; de sus propios venenos lo preserva la magistratura (el bazo).

El comercio se desarrolla por el movimiento que da ya sea a la materia trabajada por el pueblo (industria), ya al pensa- miento religioso o cientffico, puesto al alcance de la sensibi- lidad de la multitud (el arte).

El gobierno, por ultimo, dirige el todo, ayudado tanto por los descubrimientos de la mente (ciencia) como por las luces morales (religitfn).

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De donde tendremos el siguiente esquema1:

(Hi'gado) (Estomago) (Bazo)

Ej^rcito Pueblo Magistratura

(Pulmon derecho) (Corazdn) (Pulmdn izquierdo)

Industria Comercio Arte

(Ojos) (Cerebro) (Ore/as)

Universidad Gobierno Clero

El lector interesado en estas comparaciones encontrard sin dificultad los drganos del hombre social que se corres- ponden con la policia, los campesinos, los obreros, los capi- talistas, el ej^rcito de tierra y la armada, las diversas clases de artistas, los inventores, los exploradores, los monjes,etc., etc.

Se observara igualmente que todo este trabajo material, esta riqueza financiera y este pensamiento -linfa, sangre y fuerza nerviosa del cuerpo social- pertenecen exclusiva- mente al piano fisico, ya sea por la utilizacitin de la materia, ya sea por la observaci6n de las leyes que la rigen. Pero las relaciones de lo Invisible con el hombre, reconocidas por todos cuando se trata del individuo, son ignoradas cuando se trata del colectivo.

En una sociedad perfecta, la gestitfn de estas relaciones entre el colectivo invisible y el colectivo visible son confia- das al clero; desgraciadamente hoy en dia los cl^rigos, cualesquiera sean.apenas si tienen la noci6n de lo invisible, y lejos est£n de su profundo conocimiento. De manera que, en su papel de mediadores, ya no cumplen sino la parte organica de la funci6n del cerebelo, o sea la tonificaci6n y regularizaci6n de los movimientos de la vida vegetativa; en una palabra.tratan deque lasc^lulassocialesnosedevoren demasiado entre si. Pero ya no saben transmitir al colectivo social que les ha sido confiado las fuerzas vitales vivas que se les brindan para nutrirlo. Precisamente para suplir esta carencia se crearon, y se fundan aun diariamente las

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socie-dades secretas. Los amigos del clero podrdn observar que no decimos aquf que dichas asociaciones ocultas cumplan integramente sus funciones; simplemente se esfuerzan, sin que sus propios miembros y a veces ni siquiera sus jeles to sepan, en llenar las lagunas de la vida religiosa2.

★ * *

Veamos a continuaci<5n la genesis de la sociedad secreta desde el punto de vista del hombre personal.

El trabajo ha sido realizado por Hoen6 Wronski. Nos limita- remos a presentar aquf, bajo una forma menos misteriosa, los esquemas que da este gigante intelectual, acompaften- dolos de algunas modestas explicaciones.

Segun este autor.el principio del hombre es la realizacidn final de la libertad creada; ademds, le son dados:

un elemento eleuterico, la personalidad; un elemento ffsico, la animalidad.

Estos tres elementos actuan unos sobre otros.

La libertad actua sobre la personalidad dando el alma. La libertad actua sobre la animalidad dando el cuerpo. El alma haciendo las veces de cuerpo desarrolla la estasis psiquica.

El cuerpo haciendo las veces de alma, la estasis somdtica. A la estasis psfquica pertenecen el suefio, la cdlera o el entusiasmo, el alborozo.

A la estasis somatica pertenecen el presentimiento, la pre- visi6n, la adivinacidn.

La primera se cultiva por medio de la taumaturgia, la segunda por el sonambulismo magn^tico.

Una vez planteados estos principios, debemos ver c6mo se desarrollan en el hombre los poderes del 6xtasis, la tau­ maturgia y la magia. Observemos que el principio divino de libertad es un testigo impasible de los movimientos coordi- nados de la persona y el animal humano.

El equilibrio del organismo y el psiquismo es la vigilia. Su dispolarizaci6n, es el 6xtasis.

Su despolarizacidn, es el letargo.

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Si actua sobre el letargo, hay suefio.

Cuando gracias a cierto entrenamiento el hombre consi- gue reorganizar estos cuatro polos:

Extasis, Letargo, Exaltaci6n, Sueno,

de manera que coexistan en la vigilia, se ha liberado de la materia y esta en condiciones de practicar la taumaturgia.

El constructor de este ultimo arte es el espfritu. El hombre no es capaz de ser penetrado en todo momento por el espf* ritu; hay por tanto una Iimitaci6n de capacidad espiritual entre un + (prestaci6n) y un - (privacidn). El arte de utilizar estas cosas espirituales en todas sus variables constituye la magia. En este t4rmino estan comprendidos pitonismo, fascinacidn, inspiraci6n, ilusidn, encantamiento, adivinacidn y magnetismo eleut^rico.

Pero el espfritu, gran hacedor m^gico, no es mas que el polo positivo de la vida, cuyo polo negativo es la nada:

oo

Vida

— +

Nada Espfritu

Si el hombre llama a la vida en el espfritu obtiene la evoca* ci6n de los genios del bien; si llama a la vida en la nada, es la evocaci6n de los genios del mal. La conjuracion de estas dos clases de potencias produce su colaboracitfn (teurgia o goecia); dichos actos constituyen la practica del misticismo o la teosoffa.

Ahora bien, ^cuaies son los fines de las asociaciones mfs- ticas, o sociedades secretas? Sus fines son:

1° Participaren elcurso de lacreacidn limitando.materiali- zando o encarnando, si osamos decirlo asf, la realidad absoluta por medio del ejercicio de sentimientos y actos sobrenaturales.

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creacidn, dirigiendo los destinos de nuestro planeta, tanto religiosos y politicos como econdmicos e intelectuales.

Veamos lo que dice textualmente Wronski al respecto: “La finalidad principal de la asociacidn mfstica resulta inmediatamente de la determinaci6n te6rica del misticismo, tal cual la hemos presentado m£s arriba, como consistente en la limitacidn mfstica de la realidad absoluta, observando que la limitacidn forma en general la neutralizacidn entre la

privacidn y la prestacion de la realidad, y es siguiendo esta

finalidad principal que las sociedades mfsticas, para tomar parte en la creacidn, cultivan las ciencias y las artes sobre- naturales tales como la autopsia, la poesfa tel6tica, la filosofia hermetica, las curas magn^ticas, la palingenesia, etc., y ciertos misterios de generacidn ffsica.

“Al no poder practicar ni discutir publicamente los esfuer- zos sobrenaturales que la asociacidn mfstica realiza para tomar parte en la creacidn, dado que como mfnimo el publico se reirfa; al no poder tampoco dirigir abiertamente los desti­ nos terrestres, porque los gobiernos se opondrfan, esta asociacion misteriosa s6lo puede actuar por medio de las sociedades secretas. Por tanto, tal como se concibe actual- mente, es en la escena del misticismo donde nacen todas las sociedades secretas que han existido y existen todavfa en nuestro planeta, las cuales, movidas por semejantes resor- tes misteriosos, han dominado y, a pesar de los gobiernos, continuan aun dominando el mundo.

"Estas sociedades secretas, creadas en la medida de su necesidad, se separan en bandos diferentes y opuestos en apariencia que profesan respectiva y alternativamente las opiniones m£s contrarias, para dirigir separadamente y con confianza todos los partidos polfticos, religiosos, econdmi- cos y literarios, y vuelven a unirse para recibir una direcci6n comun, en un centro desconocido donde se oculta el pode- roso resorte que procura asf mover invisiblemente todos los cetros de la tierra.

“Por ejemplo, los dos partidos polfticos que hoy se repar- ten el mundo,el de los liberates, derecho humano,y el de los realistas, derecho divino, tienen cada uno sus sociedades secretas de las que reciben impulso y direccidn; y gracias a la habilidad de algunos de sus jefes y sin que dichas

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socie-dades secretas puedan llegar a sospecharlo, tanto unas como otras est&n dirigidas segun las miras de un comity supremo y desconocido que gobierna el mundo.

“La condici6n de posibilidad de las obras mfsticas consis- te en un orden de vida elevado, que ya hemos mencionado mas arriba anunciando que lo designarfamos bajo el nombre de estasis vital.lodo se reduce pues a saber hasta qu6 punto la naturaleza humana, es decir la naturaleza del ser racional en la tierra, en nuestro planeta, es capaz de dar realce a su estasis vital para elevarse a las regiones de las obras mfsticas. V esta cuestibn decisiva s6lo puede resolverse a

posteriori por los hechos.

“De ello resultan dos importantes consecuencias para la filosofia. La primera es que por el presentimiento que el hombre tiene de esa vocaci6n misteriosa de su naturaleza, vocacidn que finalmente acaba de ser legitimada por la raz6n, no puede rehusarse en absoluto a la fe en las obras mfsticas; y que, como consecuencia de esta disposici6n humana, innumerables bribones e impostores, abusando de una indeleble credulidad, han engaflado permanentemente a los hombres con supuestas obras mfsticas.

“La segunda consecuencia filos6fica es que ninguna obra de misticismo, ni siquiera la mds insignificante, como por ejemplo un simple hecho de magnetismo eleut^rico, debe ser admitida como tal sin la crftica mas severa, y que para evitar graves inconvenientes resulta mas provechoso para la raz6n humana desconocer las verdaderas obras mfsticas, si es que las hay en nuestro planeta, que entregarse a una cre­ dulidad excesiva al respecto."

Por ultimo, y para no olvidar nada, recordemos que las so­ ciedades secretas reclutan a su gente no s6lo entre las inte- ligencias de capacidad superior; al contrario, la gran masa de sus adherentes viene de abajo.de las capas sumergidas. La multitud de los que penan por un salario irrisorio, la de los servidores a quienes la necesidad somete a humillaciones constantes, la de aqu^llos cuya exaltacidn sentimental es brutalmente abatida a cada paso que dan en la vida, todos intentan escapar a sus dolores ya sea por el embrutecimien* to voluntario.ya por la resignacidn que les procura el auxilio de la religicSn o bien por esa esperanza de lo Imposible, por

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esa intuicirin del Mds Alla, m6vil secreto de todos aqu^llos que se entregan al estudio de las ciencias ocultas.

En este ultimo caso, han escogido un camino aun mas duro. Olvidaran sus primeros sufrimientos consagrdmdose a otros dolores mds agudos. Porque el velo que separa lo Oculto de lo Patente se alza sobre dos abismos: el de la Luz y el de las Tinieblas. La mayor parte del tiempo los desdicha- dos de que hablamos se precipitar£n en este ultimo, pues los primeros hierofantes que se encuentran en el camino del Templo son seres de voluntad, cuya exaltaci6n personal constituye toda su fuerza; ellos ensenaran a sus discfpulos a gobernar algunas partes del yo ffsico; los incitardn a tomar las fuerzas del egofsmo y a veces incluso las de la pasidn por la radiaci6n de un pensamiento supuestamente libre.

Recordemos que la acci6n de la sociedad secreta est& unida a la sujeci6n de sus miembrosa lo Invisible,y que en lo Invisible tiene lugar una batalla perpetua entre los soldados de Cristo y los del Adversario. Los acontecimientos de la historia mfstica son el resultado material de los incidentes de dicha lucha. De ello se sigue que en la puerta de todas las estancias del Templo haya corruptores al acecho de los recten llegados, que hacen todo lo posible por lanzarlos por el camino equivocado mediante la seducci6n o la violencia. Ahora bien, como los soldados del mal son poderosos en el reino de la sombra, y los ritos de las sociedades secretas, al igual que toda magia ceremonial, se apoyan forzosamente en la luz negra, el espfritu de Cristo se ha ido retirando poco a poco de los caracteres, las invocaciones y los pentdculos. Actualmente las sociedades secretas, digan loquedigan sus jefes, se encuentran en su ocaso, en la mayorfa de los pafses; lentamente los pueblos transforman sus organismos colec- tivos y poco a poco se vuelven capaces de establecer a la luz de su conciencia comunicaci6n con lo Invisible. Estos avan- ces estdn destinados a ir en aumento permanente hasta que llegue la aurora bendita donde el nombre del Padre ser£ santificado tanto en la tierra como en el cielo.

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Por supuesto que cuanto acabamos de decir se aplica a las verdaderas sociedades secretas, aqu^llas donde el recluta- miento no se efectua mediante la propaganda a los incenti- vos materiales, sino que sus miembros, por el contrario, se enrolan respondiendo al llamado de una potencia invisible.

La lniciaci<5n,buena o mala.siempre es real y no simb6lica o simplemente oral. Tales son en nuestro Occidente los centros del iluminismo, cristianos o anticristianos, y las fraternidades orientales que no hacen exclusivamente poli- tica. Este estudio mostrard, en los Rosacruces, a los devotos defensores de Cristo y los jefes de su Iglesia interior.

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NOTAS DE LA INTRODUCCI6N

(1) Dr. je a n m a l f a t t i DE m o n t e r e g g io: Etudes sur la Mathdse ou

Anarchie et hi6rachie de la science, avec une application spdcialo b la mddecine, traduccidn de Christien Ostrowski. Parfs (A. Frank) 1849.

(2) JACOB: Esquisse hermGtique du Tout universal, d'aprds la th6osophie chritienne. Paris (Chacomac) 1902.

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CAPITULO PRIMERO

LOS PREDECESORES DE LOS ROSACRUCES

Antes que nada es preciso darse cuenta de un hecho que domina por decirlo asf la historia del espfritu humano: la per- petuaci6n del esoterismo en todas las 6pocas y en todos los pueblos. Dejaremos de lado por el momento la leyenda historica de los Rosacruces para ocuparnos de ella al final de la primera parte de nuestro estudio.

A partir de la era cristiana podemos distinguir en Occiden- te, siguiendo a Papus1, tres corrientes tradicionales:

1° La del gnosticismo, continuada por los Cataros, los Vaudois, los Albigenses y los Templarios, y cuyo genial inter­

pret© es Dante;

2° La de la Iglesia cat6lica (los monjes);

3° La de los iniciados hermetistas y alquimistas, entre los cuales se cuentan muchos judfos cabalistas.

La corriente mas6nica, en sus orfgenes, deriva de la fusi6n de gnbsticos (bajo su forma templaria) y hermetistas.

La corriente rosacruciana es la sfntesis de las tres tradicio- nes, sfntesis dada, incluso impuesta, pero no buscada ex- resamente por escuelas anteriores.

I.- L o s gn 6 sticos

Las teorfas gn6sticas son restos del antiguo politefsmo oriental, que a su vez es una degeneraci6n del monotefsmo de los Caldeos2 y de los Cabalistas, de los Brahmas y de los hijos de Fo-Hi, revivificados por el Evangelio. Para compren- derlas en su desarrollo no hay que estudiarlas, como han hecho los eruditos, en la 6poca ,de su caos, durante los

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primeros siglos de la era cristiana; hay que esperar a que el tiempo las haya madurado, que sus imaginaciones excesi- vas se hayan apagado, que sus aberraciones se hayan redu- cido.Su manifestaci6n mds perfecta esa La Divina Comedia.

Bossuet dice que los Vaudois pretendian haberse retirado de la Iglesia romana en la 6poca en que la Iglesia se estable- ci6 en Roma, en tiempos del papa Silvestre y el emperador Constantino, cuando "bajo el papa Silvestre I la Iglesia acept6 los bienes temporales que le di6 Constantino, primer emperador cristiano." Y agrega: "Esta causa de ruptura resulta tan vana y esta pretensi6n por otra parte tan ridfcula, que no merece ser refutada3.”

Observemos simplemente esta pretensi6n, sin calificarla, como el vestigio mds antiguo de la actitud que los futuros Rosacruces tendrdn contra la Iglesia de Roma.

“Se han hecho multiples comentarios y estudios sobre la obra de Dante y nadie, que sepamos, ha seftalado su verda- dero cardcter. La obra del gran gibelino es una declaraci<5n de guerra al papado mediante la osada revelaci6n de los misterios. La epopeya de Dante es johannista y gndstica; se trata de una osada aplicacidn de las figuras y los nombres de la cdbala a los dogmas cristianos y una negaci6n secreta de cuanto hay de absoluto en dichos dogmas. Su viaje a trav^s de los mundos sobrenaturales se realiza como la iniciaci6n a los misterios de EleusisyTebas.Es Virgilioquien loconduce y protege en loscfrculosdel nuevoTartaro.comosi Virgilio,el tierno y melanc6lico profeta de los destinos del hijo de

Pollion fuera a los ojos del poeta florentino al padre ilegftimo,

pero verdadero, de la epopeya cristiana. Gracias al genio pagano de Virgilio, Dante escapa del abismo sobre la puerta del cual hab/a lefdo una sentencia de desesperanza; escapa

poniendo la cabeza en el lugar de sus pies y los pies en el lugar de su cabeza, es decir defendiendo lo contrario del

dogma, y entonces regresa a la luz sirvi^ndose del propio demonio como de una escalera monstruosa; escapa del espantoafuerza de espanto.de lo horrible afuerzade horror. El infierno, parece decir, no tiene retorno s6lo para aqu^llos que no saben volverse; coge al diablo a contrapelo, si se me

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permite emplear aquf esta expresi<5n familiar, yse emancipa por medio de su audacia. Es el protestantismo superado,y el poeta de los enemigos de Roma ya ha adivinado al Fausto subiendo al cielo sobre la cabeza de Mefist6feles vencido. Observemos igualmente que el infierno del Dante no es mds que un purgatorio negativo. Expliqu^monos: su purgatorio parece haberse formadoen su infierno como en un molde.es como la tapa del abismo.y se comprende que el titdn floren- tino, al escalar al paraiso, quisiera arrojar de un puntapte el purgatorio en el infierno.

“Su cielo se compone de una serie de cfrculoscabalfsticos divididos por una cruz como el pentdculo de Ezequiel: en el centro de esta cruz florece una rosa.y por primera vez vemos aparecer expuesto publicamente y explicado casi categdri- camente el simbolo de los Rosacruces4.”

De los escrupulosos trabajos de E. Aroux se desprende que Dante vivi6 en estrecha relaci6n con sectas gndsticas de Albigenses; de la enseftanza de 6stas proviene su odio contra el papado y la Iglesia de Roma, asi como las teorfas ocultas que encontramos en cada linea de su epopeya. El mismo erudito nos deja entrever los profundos movimientos que los restos de la Orden del Templo provocaban en el pueblo.

El Infierno representa el mundo profano, el Purgatorio comprende las pruebas inicidticas.y el Cielo es la morada de los Perfectos, entre los cuales la inteligencia y el amor se encuentran unidos y llevados a su cenit.

Desde el siglo XII los Catdros tenian sefiales de reconoci* miento, contrasefias, una doctrina astroldgica; llevaban a cabo sus iniciaciones en el equinoccio de primavera, y en ellas empleaban tres luces; su sistema cientffico estaba basado en la doctrina de las correspondencias:

A la Luna correspondfa la Gramdtica

a Mercurio - Dialectics

a Venus - Retdrica

a Marte - Musica

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a Saturno - Astronomfa

al Sol - Razdn iluminada o A ritm ^tica5.

La ronda celeste que describe Dante6 "comienza en los mds altos serafines, alti serafini, que son los prfncipes celestes,principi celesti, y termina en las ultimas categorfas del cielo. Ahora bien, resulta que ciertos dignatarios inferio- res de la masonerfa escocesa, que pretende remontarse a los Templarios, y de la que Zerbino, el prfncipe escoc^s, el amante de Isabel de Galicia, es la personificaci6n en el

Rolando furioso de Ariosto, se titulan igualmente prfncipes

de Mercy; que su asamblea o capftulo tiene por nombre el

tercer cielo-, que tienen por sfmbolo un palladium, o estatua

de la verdad revestida como Beatriz de los tres colores verde,

bianco y rojo; que su Venerable, quien lleva una flecha en la

mano y un coraz6n en un tridngulo sobre el pecho, es una personificaci6n del amor; que el misterioso numero nueve, por el que “ Beatriz es particularmente amada”, Beatriz, “a la que hay que llamar Amor”, dice Dante en la Vita nuova, estei afectado igualmente a ese Venerable, rodeado de nueve columnas, de nueve antorchas de nueve brazos y nueve luces,cuya edad por ultimo es ochenta y un afios, multiplo de nueve7, cuando se considera que muere Beatriz en el octog^simo primer afto del siglo.”

E. Aroux observa una perfecta analogfa entre los nueve cielos que recorre Dante con Beatriz y ciertos grados del rito escoc^s.

Por lo demds, en II Convito8 Dante declara expresamente que por cielo entiende la ciencia, y por cielos lasciencias.es decir las siete artes liberales que acabamos de mencionar al hablarde los Cdtaros, aunque ciertamente entendidasen un sentido mds profundo que la acepcidn habitual.

Segun Dante, el octavo cielo del paraiso, el cielo estrella- do, es el cielo de los Rosacruces; en 61 los perfectos estdn vestidosde bianco; allfexponen un simbolismoan^logoal de los caballeros de Heredom.y profesan la “doctrina evang6li- ca”, la misma de Lutero, opuesta a la doctrina cat6lica romana.

Mds adelante veremos que los Rosacruces de comienzos del siglo XVII eran abiertamente antipapistas.

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Cielos Colores Grados M.\

Graneado Los profanos

2 Caballero del Sol

9

Verde, bianco, rojo Prfncipe de MercyGran Arquitecto

e

o Noachite

Rojo y cruz blanca G.\ Escoc6s de San An­

6 dres o patriarca

de las cruzadas

% Blanco Caballero del Aguila

negra y blanca, Kadosh

b Gradaci6n dorada

“En los cantos XXIV y XXV del Parafso encontramos el triple beso del principe Rosacruz, el pelfcano, las tOnicas blancas.las mismasque las de los ancianos del Apocalipsis9, los bastoncillos de lacrar, sfmbolos de discreci6n, las tres virtudes teologales de los capftulos mas6nicos, puesto que la flor simbdlica de los Rosacruces fue adoptada por la Iglesia de Roma como la figura de la madre del Salvador, y por la de Toulouse como el tipo misterioso de la asamblea general de los Fieles de Amor. Estas metdforas ya eran empleadas por los Paulinos, predecesores de los C2taros de los siglos X y XI10."

Estas dos grandes escuelas de iniciacidn, la ortodoxa y la her^tica, que por otra parte luchaban una contra otra sin escatimar asesinatos ni intrigas, no dejaban de infiltrarse mutuamente, sin que sus jefes lo supieran, intercambiando teori'as y luces.

Generalmente noseconocehastaqu6 puntoel mundo y la Iglesia profanos fueron trabajados por estas corrientes ocul* tas, si creemos a E. Aroux, quien por lo demds acumula una cantidad de pruebas de sus opiniones; el catarismo habfa penetrado muy adentro en el clero de la edad media. Alberto el Grande, su discfpulo Santo Torres de Aquino, Pedro el Lombardo, Ricardo de San Victor, San Francisco de Asis, Santa Clara, la Tercera Orden entera, profesaron doctrinas

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gn6sticas."En el origen.tal como San Francisco la organiz6, tal como los emperadores de Alemania la combatieron, la Tercera Orden no era s6lo una cofradfa piadosa sino una asociaci6n gigantesca que abarc6 toda Italia, y pronto toda la cristiandad, y en el cual sus miembros, sujetos a algunas escasas prdcticas religiosas, se imponfan ante todo la obli- gaci6n de trabajar en^rgicamente y en comun en la obra politica. Y en efecto, en muchos aspectos podemos decir que fue la Tercera Orden la que venci6 al feudalismo, y que fue de la Tercera Orden de donde sali6 el Estado llano11.”

Los intentos de fusion entre los archivos doctrinales del

antiguo Oriente y las intuiciones espontdneas de la raza blanca o celtica se remontan mas lejos de lo que parecen decirlo los magistas contempordneos que han hablado de la Rosacruz de 1610. Desde el nacimiento de la cultura litera- ria europea encontramos pruebas sumamente convincentes de esta doble corriente; los historiadores mds serios, Miche­ let y Henri Martin entre otros, han reconocido que las novelas de caballeria son una mina inexplorada de informa- ci6n sobre la misteriosa historia de nuestro pafs.

"En el Titurel, dice H. Martin, la leyenda del Grial alcanza su ultima y espl6ndida transfiguraci6n bajo la influencia de ideas que parecerfa que Volfran12 hubiera tornado de Fran- cia y en particular de los Templarios del sur de Francia. Un heroe llamado Titurel levanta un templo para depositar en 61 el santo Vessel, y quien dirige esa construcci6n es el profeta Merlin, iniciado como ha sido por Joseph d’Arimathie en per­ sona en el piano del templo de Salomdn. La caballeria del Grial se convierte aquf en la Massenie, es decir una franc- masonerfa asc^tica cuyos miembros se llaman los Templis-

tas; se puede apreciar aquf la intenci6n de reunir en un

centro comun,figurado por ese templo ideal, la Orden de los Templarios y las numerosas cofradfas de constructores que por entonces renuevan la arquitectura de la edad media. Entrevemos entonces algunos resquicios que se abren en lo que podrfamos llamar la historia subterrdnea de aquella 6poca, mucho mas compleja de lo que generalmente se cree. Lo que resulta harto curioso y de lo cual no se puede dudar es que la Francmasonena moderna se remonta de escal6n hasta la Massenie del santo Gr/a/13.”

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Por otra parte, la Iglesia protegib y favorecid en un principio el desarrollo del Templo y de la Masonerfa, sin sospechar que estaba alimentando a sus mds crueles ene- migos.

El concilio de Troyes no parece haberse ocupado de otra cosa que de hacer redactar a San Bernardo la regia de los caballeros del Temple sobre el modelo de la Orden de San Benito.

Dante, considerado por Roma casi como un santo, segun todas las apariencias era un jefe de los Fieles de Amor.

Buhle, von Murr y algunos otros autores dicen que la Orden de los Francmasones tuvo su origen en la asociacidn de maestros constructores que edified la catedral de Estras- burgo a comienzos del siglo XIV. El 25 de abril de 1459 hubo en Ratisbonne una reunion de los jefes de las logias disper- sas en Alemania y Hungrfa; en ella se elaboraron los prime­ ros estatutos de la Orden, y el arquitecto de Estrasburgo era el iefe de toda la fraternidad.Tambi^n hubo asambleas pro­ vinciates en 1464 y 1469. El 4 de octubre de 1498, el empe­ rador Maximiliano14 puso la sociedad bajo su proteccidn y le otorgd ciertos privilegios. El 29 de septiembre de 1563, los delegados de veintisiete logias, reunidos en Basilea, redac- taron nuevos estatutos. Por entonces habfa tres grandes centros, en Viena, en Colonia y en Zurich; la Orden compren- di'a aprendices, compafieros y maestros, con contrasefias y signos de reconocimiento.

No se tienen datos precisos acerca de la historia de la masonerfa en Inglaterra antes del siglo XV. Se sabe que bajo Enrique VI habfa una Caementariorum societas compuesta por italianos y favorecida por una bula papal, que Ashmole, quien entr6 en la Orden en 1646,califica como muy antigua.

II.- 9ionjes

El recogimiento de los claustros en la Edad Media fue eminentemente favorable al desarrollo del pensamiento mfstico y ocultista. Son numerosos los religiosos que han dejado su nombre en la historia del esoterismo: Santo Tomds de Aquino, Arnaud de Villeneuve, Alberto el Grande, los Llull, San Buenaventura y muchos otros que aun hoy se estudian- como maestros en la materia.

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Por otra parte, el clero secular les proporcionaba ayuda y proteccion; los propios papas se ocupaban de estas ramas secretas de la ciencia.

En 1386, el arzobispo de Tr6veris, conde Falkenstein, encargd a Jean Dumbeler, ingles, una compilacidn del Ortholain15, i Se trata de un antepasado de aqudl conde de Falkenstein cuya historia cuenta Karl Diesewetter16? No hemos tenido a nuestro alcance los medios necesarios para verificar esta genealogla.

En la coleccion de Rymer se encuentran gran cantidad de cartas reales donde se aseguraba a los alquimistas ingleses ayuda y protecci6n17. El mds antiguo de estos documentos esta fechado en 1444, bajo el reinado de Enrique VI,y uno de ellos ya menciona el rito de Heredom. El lugarde reunidn de estos alquimistas era la iglesia de Westminster, como lo confirma George Ripley.

El 10 de mayo de 1503 Trith6me escribe una carta a Johann de Westerburg rogdndole que lo defienda contra las acusaciones de brujeria. Reconoce haber lefdo y compren- dido muchos libros de magia y conjuros, pero declara que todos esos estudios no han hecho sino afirmar en 61 la fe cristiana.

El Colloquim spiritus mercurii cum fratre Alberto Bayero

sive Bauaro, monacho carmelitano, impreso a continuacidn

de la Lucerna salis philosophorum secundum mentem Sen-

divogii, Geberi et aliorum, Amsterdam, 165818, prueba igual­

mente el celo con el que los monjes se ocupaban de alquimia y conjuros, a raiz de los exorcismos.como el autor ha visto en Espafia e Italia.

Lucerna tiene todas las caracteristicas de una obra rosa-

cruciana; en ella se habla de antiguos libros egipcios que podfan ser simplemente manuscritos, como la obra de Zozine el Panopolitano, cuyo nombre rejuveneci6 Anatole France en La Rosserie de la Reine Pedauque.

Por ultimo, el 6rgano mistico de la enseftanza cristiana resume sus esfuerzos mds admirables en el espldndido libro de La Imitation de Jesucristo que los Rosacruces de 1614 consideraran como su breviario y propondr&n a sus ne6fitos como una guia infalible. Aquellos adeptos afirmaban asf su creenciaen el Verbo hechocarne.su sintetismo permanente

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y la nocidn experimental que posefan del papel de nuestro Salvador como jefe y centro de todos los mundos.

I I I . - H e r m e t is t a s

Eliphas L6vi piensa que La novela de la Rosa y el poema de Dante son dos formas opuestas de una misma obra: la inicia- ci6n a la independencia intelectual, la sdtira de las institu- ciones contemporaneas y la f6rmula aleg6rica de los gran- des secretos de la sociedad rosacruciana. “Estas importan- tes manifestacionesdelocultismocoincidencon ladpocade la cafda de los Templarios, mientras Jean de Meung y Clopinel19, contemporaneos del Dante, florecfan en la brillante corte de Felipe el Hermoso20. La novela de la Rosa es el poema 6pico de la antigua Francia; se trata de una obra profunda con apariencia trivial, y es una exposici6n de los misterios del ocultismo tan erudita como la de Apuleyo. La rosa de Flamel, la de Jean de Meung y la de Dante florecie- ron en el mismo arbol.”

Tenemos razones para pensar que en aquella epoca existfa en Italia una sociedad de fisicos, un rex physycorum, ante algunos de cuyos miembros Raimon Llull tifi6 mercurio vulgar21. Ademds, Arnaud de Villeneuve mantuvo relaciones continuadas con Roberto, rey de N&poles y conde de Provenza, y siendo Raimon Llull su principal discfpulo no es inverosfmil suponer ciertos contactos entre dicha sociedad de fisicos y Arnaud. Ahora bien, Llull le habi'a encontrado en Roma en 1288; el medico provenzal se habfa reunidocon las fraternidades pitag6ricas de Ndpoles22 y en 1288 habfa efectuadoen Romaunacdlebre transmutaci6n.Permaneci6 en Ndpoles con Llull desde 1309 hasta 1311. Muy bien podrfamos tener aquf el origen de los m^todos pitagdricos y las tendencias alquimistas de la Rosacruz.

Por lo demas, en el Lullius redividus denadatus oder neu

belebter und grundlich erklarter Lullius23 observamos varios

pasajes donde se menciona a los asociados. Como todo el mundo sabe, los conventos proporcionaron numerosos nombres de fil6sofos herm^ticos. Semler cita algunos: los monjes de Saint-Bertin, Basilio Valentino,el prior deWalken- ried24, Dom Gilberto, llamado Abbas Aureus (1264), el abate Alelmus I, Alberto el Grande. Les Aventures du Philosophe

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inconnu k la recherche et en I’invention de la pierre philoso- phale25 habian de un congreso de doce alquimistas, entre

ellos dos benedictinos. El Chymischen unterirdischen Son-

nenglanz2S cuenta lo mismo. Denis Zachaire trabajd en el

siglo XVI con un abate. Tritheme es muy conocido para que hablemos de 61; Albertus Bayer hace un relato detallado de sus trabajos en colaboraci6n con su abate, hacia finales del siglo XVI.

Cardiluccio27, Jean Lasnier, hacia 1448, Juan de Pavia (o Ticinensis),en la misma 6poca,se levantancontraunasocie- dad quimica que public a libros s6lo para sus alumnos; en ellos las palabras son desviadas de su significado y la verda- dera via no estd indicada. En el mismo tomo III del Theatrum

chymicum latin28, un tratado an6nimo29 menciona un par-

famento fffos<5ffco o herm^tico en Francia del que el autor era miembro y que funcionaba hacia mediados del siglo XV.

En 1586 se reuni6 con Lun6ville una milita crucifera

evangelica que segun parece no era otra cosa que una secta

protestante30. Se la conoce por la obra de un terisofo desconocido: Naometria, seu nuda et prima Libri intus et

foris scripti per clavum Davidis et calamum Virgae similem apertio3^. Se trata de la medida del Templo mfstico, del libro

escritoen el interior yen el exterior, el autor hablade la Rosa, de la Cruz.de la renovacidn de la tierra,de la reforma general.

En la Thesaurinella chymica aurea tripartita de Benedict Figulus32, dedicada al emperador Rodolfo II, despu6s de diversos elogios a los maestros de la alquimia encontramos que Bernard el Trevisano, que estaba en su apogeo hacia el afio 1453, conoci6 en Italia a catorce o quince fil6sofos, poseedores de la piedra, que formaban una sociedad.

El mismo Figulus escribi6 en la tercera parte de esta obra una elegia dedicada al alquimista Juan Bautista de Seebach, en la cual profetiza, siguiendo a Paracelso, la llegada de Elfas Artista (constituet regimen Christus in orbe nouum).

Semler,de quien hemos obtenido esta informaci6n,se lan­ za aquf a un ingenuo parentesis acerca de la significacibn de las palabras con que termina el tftulo del opusculo en cuesti6n: Sub regimine vero gubernatoris olympici, Angeli

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simbdfico de una hermandad secreta, sino simplemente el nombre de un genio planetario, como podemos ver en la

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NOTAS DEL CAPlTULO I

(1) Traits mtthodique de science occulte. Parfs (George Carr6) 1891. (2) Los Caldeos no eran un pueblo, sino el conjunto de los cuerpos eruditos de Babilonia.

(3) Histoire des variations des Eglises protestantes, libro XI.

(4) e l ip h a sl e v i: Histoire de la Magie. Parfs (Germer Bailli&re) 1860, p.

358, 359.

(5) E. a r o u x: La Comtidie de Dante, traduite en vers selon la lettre et

coment6e selon I'esprit; suivie de la cl6 du langage symbolique des Fiddles d'Amour. Parfs (Renouard) 1856, 2 vol.

(6) Paraiso, capftulo VIII.

(7) Light on Masonry, p. 250;. y v u il l ia u m e: Manuel maqonique, 1830.

Citados por e. a r o u x: La Com6die de Dante.

(8) t. II, cap. XIV. (9) Cap. VII.

(10) Ch a r l e ss c h m id t: Histoire et Doctrine de la Secte des Cathares ou Albigeois, Ginebra 1848. V^ase igualmente del mismo autor: Plaintesd'un lalque allemand du XIV° sidcle sur la decadence de la chrdtientti. Stras­

bourg 1840.

(11) Pr e d e r ic MORIN: Saint Franqois et les Franciscains, p. 72. Cf. los

libros de Paul Sabatier y de JOrgensen dedicados a San Francisco. (12) El templario suabo Wolfran d'Eschenbach, autor de Parceval, imitador del benedictinosatfrico Guyot de Provins.

(13) h e n r im a r t(n: Histoire de France, t. III. p. 398.

(14) Desde el punto de vista simbdlico, estudiese la serie de Alberto Durero: El triunio de Maximifiano.

(15) La obra m£s importante de este c£lebre alquimista se titula:

Practica vera alchmica, 1358 (in Theatrum chymicum).

(16)k a r l k ie s e w e t t e r: Histoire de I'Ordre de la Rose-Croix en L'lnita-

tion (julio 1898).

(17) Rymeri Foedera,3u ed. La Haya 1741 ,tomo V.part.l y II, p. 136 (cit.de

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(18) Segun l e n g l e tduf r e s n o y: Histoire de la Philosophie herm4tique.

Parfs (Coustellier) 1742,t. Ill, p. 210 y 298, el autor serfa Jean Harprecht, de Tubingue.

(19) Hacemos notar al pasar un error: Jean de Meung y Clopinel son el mismo personaje.

(20) Por otra parte, en este poema encontramos notables concordan- cias con la teosoffa del Te y del Kang-lng de Lao-Tzeu. iH ay que recordar que Felipe el Hermoso tuvo contactos con Argoun, virrey occidental del c^lebre Kubilai, primer emperador mongol de China?

(21) En efecto, en las obras de Raimon Llull encontramos el siguiente pasaje: “ Et procerto, in praesentia et voluntate certorum sociorum argen­ tum vivum vulgare congelavimus, per suum menstruate; et alias, uni de sociis nostris, in cuius eramus societate, expresse, quasi ad duas Leucas prope Neapotim.ln quo loco,in praesentia physici Regis,et uniusfratisde sancto lohanne de Rhodis et Bernardi de la Bret, et aliorum, congelarl fecimus argentum vivum, per suam menstrualem naturam. Et quamvis hoc vidissent.et manifeste palpassent.tamen scire non potuerunt quid esset; nisi simpliciter solummodo, et rustico more, regia majestate salua. Et si realitar ac philosophice cognoscere potuissent, per speculationem in­ tellective virtutis dictum menstruale ac suas virtudes: artem atque scien- tiam absque dubio habuissent, prout dicti socii; qui per nos multum bene intellexerunt manifeste, et habuerunt, etc." in Theatrum chimicum preci-

puos Selectorum auctorum Tractatus de Chimia et de Lapidis Phislci compositione, continens. ESTRASBURGO 1613-1622 - vol. 4, p. 139.

(22) m a r ch a v e n: La vie et les oeuvres de maJtre Arnaud de Villeneuve.

Paris (Chamuel) 1896.

(23) Theatrum chimicum, 4* parte.

(24) Manuscrito de 1430 sobre las propiedades del Elixir.

(25) Parfs, 1674. Segun a n t.-a l e x. b a r b ie r: Dictionnaire des ouvrages

anonymes. Parfs (Paul Daffis) 1872,1.1, col. 343, el autor de ese tratado

serfa dom Albert Belin, benedictino y obispo de Bellay. (26) Francfort y Leipzig, 1728, p. 265 y siguientes.

(27) Magnalia mediochymica continuata. Nuremberg 1680, p. 425. (28) Tractatus secundus aureus de lapide philosophica in Theatrum

chymicum latfn, p. 657, 818 y siguientes.

(29) Antiqui philosophi Galli Delphimatis anonymi, lider secreti maximi

totius mundanae gloriae.

(30) b u h l e: op. cit. p. 119.

(31) 1604. V6ase al respecto una resefla aparecida en el Wirtembergis-

ches Repertorium der Literatur. Stuttgar 1783, p. 523 y sig. y tambidn

CHRIST. GOTTL. v o n m u r r: Abhandlung Qber den wahren Usprung des

Rosenkreuzer und des Freymaurerordens. Dulzbach 1803.- El autor de

este tratado serfa Sim6n Studi6n.

(32) Acabada en Haguenau el 34 de octubre de 1607 y publicada en Francfort-sur-le-Mein en 1608.

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CAPITULO II

OR

1

GEST DE LOS ROSACRUCES

Recapitulemos las fuentes de la tradicion occidental hacia el siglo XVI:

1° Los Gndsticos (Cabala y Mazdefsmo conocedores del Evangelio);

2° Doctores de la Iglesia catdlica;

3° Alquimistas (estudiosos de la Naturaleza); 4° Cabalistas espaftoles;

5° Tradiciones autdctonas (leyendas del Grial), o drufdi-cas;

6’ Corriente drabe.

La manifestaci6n de la Rosacruz latente proporcionard la magmfica sfntesis de todas estas corrientes. Personalmente estamos seguros de que esta Hermandad existfa al menos desde la era cristiana, y a continuacidn daremos las presun- ciones hist6ricas que hemos podido recoger.

Vemos lo que dice el autor an6nimo de un estudioapareci- do en Le lutus bleu (27 de septiembre de 1895):

“Los Rosacruces han formado y quiza todavfa forman la Hermandad mas misteriosa que se haya establecido alguna vez en suelo occidental; ningun hombre en el mundo ha conocido conscientemente a un verdadero Rosacruz, y la tortura a la cual la Iglesia sometid en ocasiones a algunos de sus miembros no arranc6 de sus labios mas que confesiones falaces.

“Los Drusos iniciados constituyen todavfa una hermandad secundaria, a la que pertenecen algunos occidentales, pero

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su campo de acci6n est6 limitado a Asia Menor, Arabia y

Abisinia.”

En su Encidopedia, Mackenzie habla en estos t^rminos de la Hermandad herm^tica de Egipto: "Existe una Hermandad que se ha extendido hasta nuestros d(as y cuyo origen se remonta a tiempos muy lejanos. Tiene sus oficiales, sus secretos, sus contrasefias, su mdtodo particular en la ense- fianza de la ciencia, la filosofia y la religi6n... Si creemos a sus

miembros actuates la piedra filosofal, el elixir de la vida, el arte de volverse invisible y el poder de comunicar directa- mente con el otro mundo serfan una parte de la herencia de su sociedad. S6I0 he encontrado a tres personas que me

aseguraran la existencia actual dedichacorporaci6n religio-

sa de fildsofos, quienes me dejaron adivinar que ellos mismos formaban parte de ella. No tuve razones para dudar de su buena fe. No parecfan conocerse, tenfan una honesta buena posici6n, una conducta ejemplar, modales austeros,

hdbitos casi asc^ticos. Me parecieron tener entre 40 y 45 anos, poseer una vasta erudicibn... y un conocimiento per- fecto de las lenguas... Nunca permanecfan mucho tiempo en el mismo sitio y se marchaban sin llamar la atencidn.”

Paul Lucas1 encontrd en Bournous Bachy a un grupo de

cuatro derviches que formaban parte de una Hermandad oriental y que lo sorprendieron enormemente. Vivian en la mezquita, y en aquel momento esperaban a los otros tres compafierosquecompletaban el grupo. Hablaban igualmen­ te bien todas las lenguas de las naciones civilizadas; pare- cian tener unos treinta afios, pero su erudicidn y su ciencia enciclop£dica hacian suponer una vida de varios siglos. La quimica, la alquimia, la cdbala, la medicina, la filosoffa y las religiones les eran prodigiosamente familiares. Uno de ellos, con el que Lucas habfa tratado en particular, le asegur6 que

la piedra filosofal permitfa vivir un miliar (?) de afios. Le cont6

la historia de Nicolds Flamel, al que se crefa muerto, y que segun 61 vivfa en las Indias con su mujer. A trav^s de estas exageraciones se puede reconocer que Paul Lucas se habfa puesto en contacto con Iniciados.

“En el Theatrum chemicum (ed. de 1613, p. 1028), un obispo deTr6veris,el conde de Falkenstein.es mencionado

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et pater philosophorum.khota bien, era un oficial superior de

los Rosacruces, tal como resulta del ti'tulo de un manuscrito que actualmente obra en mi poder, y que dice: Compendium

totiusphilosophiae et Alchymiae Fraternitatis Roseae Crucis,

ex mandato Serenissimi Comttis de Falkenstein, Imperatoris

nostri, anno Domini 1574.

“Dicho manuscrito contiene algunas teorfas alqufmicas en el sentido que se les daba en la 6poca y una coleccidn de procedimientos preciosos para el conocimiento de la alqui- mia practica. No cabe buscar en 61 una filosofia o una teosoffa en el sentido que hoy se atribuye a estos t^rminos: la palabra Philosophia estd tomada aquf s6lo en su acepci6n de A/qu/m/a o Fr's/ca. Con todo, este manuscrito ofrece todavfa un interes hist6rico particular por cuanto en 61 se designa por primera vez al citado conde Falkenstein con el titulo de Imperator, titulo que subsistira a trav^s de los siglos, y sobre todo porque tambten aparece por primera vez la denominacidn de Fraternitas Roseae Crucis. Hay motivos para pensar que la Hermandad secreta de los Alquimistas y Magos habfa consagrado su denominacion por el sfmbolo de

Rosaria, tan frecuente en la 6poca, tal como lo escribfan

Arnaud, Llull, Ortholain, Roger Bacon y otros mas. Es el que viene representado por la Roseta, donde la plenitud de la magnificencia se suma al sfmbolo de la fe cristiana: la Cruz2."

Buhle afirma que los Terapeutas y los Esenios fueron los verdaderos antepasados de los Rosacruces; igualmente el neoplatonismo de Alejandrfa, conservado por los Arabes, habrfa tenido un papel preponderante en su doctrina. Hay que reconocer que hacia finales del siglo XVI, 6poca en que se form6 la leyenda de Rosenkreutz, la filosofia del Islam ejercfa sobre los amantes del misterio la misma atraccidn que hoy en dfa la filosofia de la India. Esta observacidn adquiere mayor verosimilitud si recordamos que en aquella 6poca los relatos de viajes a pafses musulmanes habian podido excitar los espfritus curiosos; el estudio de la lengua y la filosofia arabes figuraba incluso en los programas de la ciencia oficial. Un fen6meno id^ntico tiene lugar desde hace unos veinte afios, particularmente entre los Anglosajones, en relacidn a los misteriosos Mahatmas del Tibet.

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cabe destacar aquf que las Nupcias qufmicas3 dicen que en 1459 Chr. Rosenkreutz obtuvo el Toisdn de oro. Es el primer signo de la tendencia que mostraron los Rosacruces hasta el siglo XVIII.

En las Nupcias qufmicas (p. 44 y 45) se habla del Toisdn de oro al lado de un Le6n volador. En el siglo XVIII los Rosacru­ ces intentaron aun confundirse con la Orden borgofiona, como muestra el libro titulado Wasserstein der Weysen4.

Hermann Fictuld hizo imprimir el Aureum Vellus5 con su

tratado Azoth et Ignis6 para confundir la Orden de Caballerfa fundada en 1430con el secreto del oro posible.Un poco mas tarde Semler habia podido leer c6mo el benedictino Pernety explica alquimicamente la conquista de Jas6n. Por lo demds, esta explicacidn ya se encuentra en Paracelso.

Por ultimo, Aloisius Marlianus dej6 un tratado de alquimia llamado Aureum Vellus7.

En el libro de Naturae secretis quibusdam ad Vulcaniam

Artis chymiae ante omnia necessariis8 encontramos en la

ultima pdgina la siguiente menci6n: Datum inter Toringam et

Cemanam sylvam post Salvatoris nativitatem 1617; y en la

penultima pdgina, la petici6n a los Hermanos de que rompan su silencio.de que se apiaden de lasgentes decoraz6n y,en particular, de que publiquen ese catalogo de “libros seudo- quimicos” del que se habl6 en la Fama, que Cristian Rosen­ kreutz habfa prometido dar 188 afios antes.

Si a 1618 restamos 188 afios, nos encontramos en 1430, fecha de la fundacirin de la Orden de Tois6n de oro.

El nombre mismo de Tois6n de oro,aureum vellus en latin,

goldenes Vlies en aleman, puede convertirse facilmente en goldener Fluss, oro liquido o potable.

Semler9 supone que un signo que se encuentra en las

Nupcias qufmicas, pdgina 89, indica el periodo que va de

1420 a 1520, en el que vivid Paracelso.

El mismo autor piensa que la leyenda rosacruciana data del siglo XV, y que tom6 su nombre de Rosenkreutz de un caballero de la Orden del Toisbn de oro, opinidn que confirma la famosa inscripcibn de la b6veda: Post CXX annos

patebo, puesto que deduciendo 120 afios de 1613 nos tras-

ladamos a los tiempos de Paracelso. De modo que.concluye, existia una sociedad rosacruciana en Italia hacia 1410, una

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